miércoles, 28 de octubre de 2015

Mes Halloween: El Extraterrestre.

Un resplandor iluminó el cielo volviendo por unos momentos la noche en día y un estruendo rompió la paz del aislado bosque, un ser de extraño aspecto intentaba ponerse a salvo.
Apenas a un kilómetro Juan y Pedro practicaban su diversión favorita de todos los días, beber cerveza a discreción y molestar a todo ser viviente que tenía el infortunio de cruzarse en su camino.

--¡Has visto eso!-gritó Juan- escrutando el cielo con cara de bobo. Se ha iluminado el cielo o nos hemos pasado con la cerveza amigo.
--¡Qué cerveza!¡caray!, no hay cerveza que te haga ver que se hace de día, además la bola de fuego que ha cruzado por encima de nuestras cabezas, no deja lugar a dudas. ¿Echamos un vistazo?.
--¡Vale! Sube al coche rápido que la noche promete, mañana con un poco de suerte podremos estar faldando todo el día con los idiotas del bar.
El motor rugió rompiendo el silencio, a toda velocidad pusieron rumbo hacia donde pensaban que podría haber caído aquel misterioso objeto, dejando a sus espaldas una inmensa estela de polvo, a lo lejos, distinguieron una pequeña claridad como si alguien hubiera encendido una fogata en una esquina del bosque.
--¡Allí! –gritó Pedro con voz triunfal, como si hubiera descubierto el solo el tesoro.
No salían de su asombro cuando comprobaron lo que tenían ante sus ojos, parecía una nave extraterrestre, era una nave extraterrestre.
 
Caminaron entre el desastre como sonámbulos, mirando asombrados sin saber que hacer, ni que tocar. Accidentalmente tropezaron con el pequeño ser de apenas un metro de estatura con sus grandes ojos cerrados y su piel cenicienta.
--¡Tío, tío! –gritó bajito para no despertar al durmiente--.
--¡No sé tío!, ¿Qué hacemos?.¿Todo esto es verdad, o estamos demasiado borrachos?
--¡Qué diantres, borrachos, ni borrachos!, ¡Mete la mano en el fuego y veras como te quemas!.
--¿No seria mejor ir al pueblo y decírselo a alguien?. ¿Qué pasa tienes miedo del pequeñajo?.
--¡Yo no tengo miedo de nadie! –contestó con dignidad beoda--.

Con la determinación inconsciente que te da el alcohol, se acercó al pequeño e intentó tocarlo,este abrió los ojos hasta entonces cerrados y sin expresión en ellos, activó un pequeño aparato incorporado en su peculiar mano de tres dedos, emitiendo un sonido chirriante y ensordecedor que los obligó a cubrirse los oídos apretando con todas sus fuerzas. Una luz intensa y cegadoramente blanca los envolvió.

--¡Pedro, Juan, habéis dormido en el bosque!,el buen hombre comprobó el interior del coche, los alrededores, solo un poco de hierba quemada era el vestigio del suceso de la noche anterior y aunque los buscaron con tenacidad, nunca se supo nada de Pedro y Juan hasta la fecha.

Fin...

Vamp.

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